Jiddu Krishnamurti

En nuestra búsqueda de conocimientos, con nuestros deseos codiciosos perdemos el amor, atrofiamos nuestro sentido de la belleza, la sensibilidad se vuelve crueldad, nos volvemos más y más especializados y menos integrados. El conocimiento no puede sustituir la sabiduría, ninguna clase de explicación, ninguna acumulación de hechos liberará al hombre del sufrimiento. El conocimiento es necesario, la ciencia tiene su lugar; pero si la mente y el corazón están sofocados por el conocimiento, y si la causa del sufrimiento encuentra una explicación convincente, la vida se vuelve vana y sin sentido. ¿Es eso lo que nos sucede a la mayoría? Nuestra educación nos hace cada vez más superficiales, no nos ayuda a desvelar las capas profundas de nuestro ser, y nuestras vidas se vuelven más desequilibradas y vacías. La información, conocer los hechos, aunque sean muchos, es algo limitado por naturaleza. La sabiduría es infinita, incluye el conocimiento y la forma de actuar; pero nos aferramos a una rama y creemos que es todo el árbol. Conociendo una parte nunca seremos conscientes de la dicha de lo total. El intelecto no puede conducirnos a lo total porque es un segmento, una parte.